San Martín de Terroso
Don Quijote mirando a todas partes por ver si descubría algún castillo o alguna majada de pastores donde recogerse y adonde pudiese remediar su mucha necesidad, vio, no lejos del camino por donde iba, una venta, que fue como si viera una estrella que a los portales, sino a los alcázares de su redención, le encaminaba. (12)
- Las camas de vuestra merced -le dijo el ventero- serán duras peñas … en esta choza. (13)
Sobre peñas de granito existentes dormían algunos viajeros.
Un porquero que andaba recogiendo de unos rastrojos una manada de puercos -que sin perdón así se llaman- tocó un cuerno. (14)
Era costumbre peculiar de los habitantes de San Martín del Terroso sacar cada día los puercos a los rastrojos situados junto a la Venta Caraxote.
(12) Don Quijote, I. II, 29-30.
(13) Id. Id. 31
(14) Id. Id. 30